XVI MARCHA A GUADALUPE

Hola a tod@s de nuevo. Este fin de semana se ha celebrado la XVI Marcha a Guadalupe organizada, otro año más, por el Grupo de Montaña El Garigolo.

Este año, la cosa no ha estado fácil, porque como habéis podido comprobar vosotros mismos, no ha dejado de llover en todo el fin de semana...

Todo comenzó el sábado 19 en la marquesina de Peraleda a las 7:00 de la mañana, donde habíamos quedado los cerca de 100 participantes que íbamos a darnos la caminata; al final solo acudimos 71" loc@s " porque con lo que llovía..., seguro que los que no fueron todavía se están arrepintiendo, porque bien, nos lo hemos pasado un rato (y mojado también, pero vamos, que eso nos daba igual).

Desde Peraleda, un autobús nos desplazó hasta Bohonal de Ibor, donde comenzaba la ruta verdaderamente. En esta primera etapa, teníamos que llegar hasta Navalvillar de Ibor, cosa que hicimos alrededor de las 6 de la tarde. Para entonces ya habíamos subido y bajado por las lomas de las Villuercas, comido debajo de sus encinas, cruzado sus regatos, bebido de sus fuentes y andado por sus caminos.

En Navalvillar, una vez aseados, salimos a saludar a conocidos y extraños, habitantes de esta localidad, que cada año esperan nuestra visita como agua de mayo (y agua les llevamos). Nos juntamos todos para cenar, un poquito de baile y luego a acostar.

El domingo, el agua nos dio un respiro hasta la 10 de la mañana, hora en la que ya muy lejos estábamos de nuestra querida Navalvillar. Cambió el paisaje, aparecieron los castaños, los pinos, algún cerezo...y caminando por caminos públicos llegamos hasta la fuente donde nace el río Ibor (quien lo diría viéndolo 30 kilómetros más abajo). Ya estábamos muy cerca.

Bajamos volando por el camino que nos había limpiado y desbrozado nuestro amigo Teodoro (así nos lo recordaba pintado en las piedras), y a la 1 del mediodía saludamos a Nuestra Señora, la Virgén de Guadalupe, patrona de tod@s los extremeños, a la cual no le importó que llegásemos cansados, sucios y mojados, ya que eran tan grandes las ganas de tenía de vernos...o nosotros a ella (no se quien tenía más ganas). Desde ahí hasta las 5 de la tarde, que era cuando nos recogía Fruti, nos tomamos unas cervecitas con la exquisita morcilla de Guadalupe y comimos todos juntos en el Lujuan, tiempo este de descanso y de puesta en común de las dificultades y alegrías del camino, y brindamos, cada uno con lo que quiso, prometiendo que el próximo año volveríamos a brindar tod@s juntos.